Cuando era joven, la fascinación de Santiago Calatrava con la luz en su nativa Valencia estimuló su determinación a dibujar, diseñar y finalmente construir. Su Ciudad de las Artes y las Ciencias es un perfecto ejemplo de la influencia del sol valenciano en la obra del arquitecto, aunque no exenta de problemas.
El complejo de siete proyectos culturales definen un vocabulario formal propio, con un dinamismo entre curvas blanqueadas y patrones visuales rítmicos. La materialidad de las estructuras enfatizan la habilidad de la luz para destacar las relaciones espaciales entre las formas de Calatrava, y cómo cambian con la trayectoria de la luz natural.
En su más reciente trabajo fotográfico, Sebastian Weiss captura la tendencia de las formas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias para "complementarse entre sí e incluso fusionarse en una única armonía", según el fotógrafo. Las fotografías fueron presentadas originalmente en su cuenta de Instagram, @le_blanc, y presentan una nueva manera de ver este famoso atractivo turístico. Sus imágenes imaginan el complejo como una "instalación de luz y espacio" de formas en constante conversación entre ellas. La serie se enfoca en distintos componentes de una gran criatura (sus costillas, su barriga, sus cuernos) capturada dentro de las piscinas del complejo.